La agencia de noticias Reuters se basó sobre el caso de Valentyna Haras, una mujer mayor de 70 años que ahora se defiende negando que sea una traidora, como la acusan sus vecinos, quienes «grafitearon» el frente de su casa con letras «Z» acusatorias, símbolos de apoyo a la maquinaria de guerra de Moscú.
Las tropas rusas ocuparon Kherson, un puerto del sur durante más de ocho meses antes de que las fuerzas ucranianas las expulsaran en noviembre y ahora la ciudad es el foco de un incesante bombardeo ruso.
Seis meses después de la ocupación, los vecinos desconfían de los vecinos y los traidores podrían estar en cualquier parte, según un cable de Reuters.
Haras, administradora del distrito, dijo que cuatro militares ucranianos llamaron a su puerta el 26 de noviembre, días después de que se fueran las tropas rusas, y la acusaron de colaboración, un delito punible con una pena máxima de cárcel de 10 a 15 años.
Registraron su casa y confiscaron su teléfono y computadora, citando quejas de los vecinos de que había alentado a los residentes a someterse a los ocupantes y tomar pasaportes rusos, agregó.
Posteriormente, la policía interrogó a la mujer de 74 años, aunque ella no fue arrestada ni acusada de ningún delito y niega todas las acusaciones en su contra.
«Honestamente, no lo sé. No encontraron nada», respondió entre lágrimas en la puerta de su domicilio cuando la entrevistó Reuters.
La vecina Iryna Nechevilova ofreció un relato diferente: «Ella apoyó abiertamente a los rusos y les dijo a todos que Rusia era grandiosa, que se sentía horrible bajo el gobierno ucraniano. No fue una confesión tranquila. La gente esperaba que se la llevaran de inmediato. Escribimos acusaciones en su contra durante muchos meses. Pero no fue así, y la gente se sorprendió».
La policía de la estación local donde dijo que fue interrogada se negó a comentar sobre el caso y el ejército de Ucrania no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios, en tanto que Reuters no pudo verificar de forma independiente la versión de los hechos de Haras o Nechevilova.
Rusia ha perdido más del 40% del territorio que se apoderó después de lanzar una invasión a gran escala en febrero del año pasado, dejándola en control de casi una quinta parte del país, incluida Crimea, según Oleksandr Musiyenko, un analista militar con sede en Kiev.
Se registraron más de 5.300 casos de colaboración en todo el país, según el sitio web del fiscal general. No estaba claro en qué etapa se encontraban los casos y la oficina del fiscal general no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Las tensiones en Kherson se agudizan por los bombardeos casi diarios de las tropas rusas atrincheradas en el lado opuesto del río Dniéper. Algunas familias están divididas, con miembros que viven en diferentes lados del río.
En un día de bombardeos particularmente fuertes a principios de mayo, al menos 23 personas murieron en la ciudad; muchas ventanas todavía están tapiadas y los edificios están parcialmente destruidos.
Cuando los rusos se apoderaron de Kherson, celebraron un referéndum sobre si la ciudad y su región deberían convertirse en parte de Rusia, que según Moscú recibió un rotundo respaldo local, aunque Kiev y las naciones occidentales descartaron la votación como una farsa.
En una instantánea de la desconfianza que se apodera de las comunidades, Reuters habló con cinco residentes que dijeron que sospechaban que conocidos o funcionarios habían colaborado con los ocupantes rusos.
Desde que se tomó la ciudad, se han enviado a los tribunales 152 casos penales relacionados con la colaboración, reveló Serhiy Kalmykov, primer adjunto del fiscal regional de Kherson. Se relacionaron con 162 personas, incluidos legisladores locales, policías, médicos, empresarios y residentes, agregó.
Catorce personas que se encontraban entre los primeros casos en ser juzgados fueron declaradas culpables hasta el momento, incluidas algunas que instaron a otras a votar en el referéndum, expresó Kalmykov a Reuters.
Kherson, junto con algunas otras partes del país, no tiene tribunales en funcionamiento debido al conflicto, lo que ralentiza el proceso de llevar a las personas a juicio, ya que las audiencias deben celebrarse en otro lugar, dijeron funcionarios locales.
Pero los casos vistos hasta ahora podrían ser la punta del iceberg.
Un portavoz del servicio de seguridad SBU en la región de Kherson aseguró que había identificado a 1.147 personas involucradas en la organización y realización del referéndum, sin dar detalles sobre esos casos.
Algunos agricultores podrían ser procesados porque registraron sus granjas de acuerdo con las normas rusas bajo la ocupación solo para mantener sus negocios en marcha, según el grupo de presión del Consejo Agrario de Ucrania.
El consejo cita el caso del propietario de una granja que abandonó su granja en la región de Zaporiyia después de que el área fuera ocupada por las fuerzas rusas.
Dejó el negocio a sus trabajadores, quienes tuvieron que registrarse con los rusos y obtener pasaportes rusos, y temen que puedan ser procesados una vez que termine la ocupación.
Algunos grupos de presión dicen que las leyes que rigen la colaboración son vagas y deberían modificarse para reflejar la realidad de las personas que intentan seguir sobreviviendo mientras están bajo ocupación. O, como remarcó el Consejo Agrario de Ucrania, distinguir entre «quién es un traidor y quién trabaja para sobrevivir».
CIUDADANOS DE KHERSON PADECEN EN UN LLAMATIVO CLIMA DE «POST- GUERRA»
Las acusaciones de colaboración se convirtieron en una característica de la vida cotidiana en Ucrania, una vez expulsadas las fuerzas rusas de franjas de territorio que alguna vez ocuparon, comprobó en la ciudad de Kherson un equipo periodístico.